¡Hola a todos!
Nuestro capitán nos ha pedido que le digamos cuales son nuestras expectativas sobre el barco. Cuando decidí unirme a la tripulación del barco «Diseño Universal de Aprendizaje», fue un momento difícil, para mí, en el puerto habían muchos barcos interesantes que pedían piratas deseosos por aprender. Barcos como «Prácticas educativas inclusivas para el alumnado con trastorno del espectro del autismo (TEA)», o «El portafolio educativo como instrumento de aprendizaje y evaluación»; e incluso «Creatividad, diseño y aprendizaje mediante retos»; entre muchos más, todos igual de interesantes. Al pensar en ello, he vuelto a ese momento en el puerto; imaginaos un atardecer, de estos que te cortan la respiración, con sus tonos carmesíes y dorados, una pasarela larga, en dirección al mismo horizonte, y barcos atracados a ambos lados de la misma, barcos que prometían aventuras y misiones tan grandiosas que resultaban difícil negarse, todas ellas para aquellos piratas valientes que se atrevieran a surcar los mares del saber, para aquellos que quieren dejar sus nombres escritos en los libros de historias y en los romances y leyendas que se trasmiten entre generación y generación, para aquellos que ven un mundo diferente y que conocen el poder de las palabras, de los números y del arte… ¡Rayos y truenos! Se me han vuelto a poner los pelos de punta al recordar ese día; y no es para menos. Tenía que elegir sólo un barco y esperar durante largos días si me elegían o no. Siendo sincera, temí quedarme en puerto, pues grandes piratas, de renombre también se presentaron… En fin, ya sabéis cual fue el resultado, ¡aquí estoy!
Los que me seguís hace un tiempo sabéis que yo busco aquellos cofres de tesoro que rebosan de conocimientos, habilidades, estrategias, metodologías… Bueno, vale, si encuentro algún cofre lleno de dinero y joyas, pues también me lo quedo; pero no son los que verdaderamente me quitan el sueño. Es por ello, que finalmente elegí el barco «Diseño Universal de Aprendizaje», pues cuando era pequeña soñaba con un lenguaje común para todos, pensaba que uno gestual sería el ideal, pero luego fui creciendo y descubrí una diversidad enorme de personas, personas con deficiencias físicas y sensoriales; algunas incluso con mentales. Pero no se me quitaba de la cabeza, que yo podría crear algo que pudiera ayudarnos a todos, y fue así, como poco a poco comencé a navegar por los mares del saber y los cielos de las emociones; como empecé a coleccionar cofres del tesoro llenos de conocimientos tan maravillosos que parecen mágicos. Así que cuando leí esas palabras en el casco de aquel barco, aquel día, no me lo podía creer… Un Diseño Universal de Aprendizaje, diseñar el aprendizaje de nuestras aulas para todo nuestro alumnado, diseñar un aprendizaje para toda nuestra comunidad educativa, diseñar un aprendizaje universal con todas las inteligencias, un aprendizaje de todos para todos… como ven, mi mente se puso a soñar sola, y yo la acompañé con mi corazón durante unos minutos. Cuando volví al presente, me puse a buscar más información sobre ese nuevo saber, me enamoró, y por eso me presenté como parte de la tripulación. Mis expectativas no son otras que aprender a diseñar el aprendizaje de forma inclusiva, un aprendizaje universal para todo el alumnado maravilloso que hay en mi aula, en mi centro, en mi vida, en mi mundo… ¡Y estoy segura que lo conseguiré en esta travesía!
Os dejó aquí una entrada del EMTIC de la Junta de Extremadura que explica bastante bien que es el DUA, y su necesidad, pues estoy segura, de que también os gustaría estar conmigo en este barco; pero sólo hemos podido estar unos pocos elegidos; así que os iré contando en esta bitácora todo lo que pueda.
Me despido hasta la próxima misión.
Gabriela. Arrr!