¡Qué bella es la niñez! Todo son colores e ilusiones;
pero que duro es el crecer, todo es distinto y parecer.
El arte del teatro, se apodera de cada uno de nosotros;
pues todo son engaños e hipocrecías…
es difícil encontrar a alguien, en quién poder confiar.
Pero todo eso desaparece cuando llega el amor,
y nos sumergimos en un mundo de soledad.
Nos gusta olvidarlo todo para soñar y
vivir en nuestro mundo personal.
Nuestro espíritu es joven y choca con el de los padres,
por el deseo de hacer locuras, y de aprovecharlo todo a tope.
Pero todo nunca es igual, siempre cambia y nadie puede impedirlo.
Tu cuerpo experimenta como una oruga,
la transformación en mariposa,
y como ella tienes que aprender a cuidarte de lo desconocido,
y de los males que te observan.
Los caminos que ella escoja,
serán los que dicten su futuro
e irá aprendiendo de los errores
para luego envejecer y recordad
esa época que tanto significó
para su vida: «la adolescencia».
(escrito el 5 de febrero de 2000)